En general, el ritmo de crecimiento y de recuperación de los países del bloque socialista después de la Segunda Guerra Mundial
fue, hasta los años sesenta, mucho más rápido que en los del bloque
occidental.
La explicación hay que buscarla en el hecho de que casi
todos los países de este bloque tenían, antes de la guerra, economías
agrarias muy débiles y eran muy dependientes del exterior.
Por tanto a
partir de 1945, sólo la URSS y, en cierta manera, Alemania y
Checoslovaquia, estaban en condiciones de proporcionar los recursos
técnicos y los modelos industriales necesarios para iniciar la
reconstrucción.
Así, en todo el ámbito socialista se
siguió el modelo económico que Stalin había impuesto en los años treinta
y que se basaba en una planificación económica rígida y centralizada en
la prioridad de la industrialización, sobre todo la de bienes de
equipo, y en el papel secundario que se reservaba al sector agrario, que
se colectivizó de forma casi absoluta.
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VITRINA O ESCAPARATE: Es el espacio situado en la fachada de los establecimientos
comerciales destinado a exhibir tras un cristal una muestra de los productos o
servicios que se ofrecen en el interior.
El escaparate contribuye tanto a la venta como a la buena
imagen del establecimiento.
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El escaparate es el «vendedor silencioso» de un
establecimiento. Es un elemento esencial y el vehículo principal de la
comunicación entre un punto de venta y sus clientes. Esta importancia aumenta
si el comercio es de tipo tradicional y /o se dedica a actividades de
no-alimentación.
El escaparate es el espacio donde el cliente por primera vez
entra en contacto (visual) con el producto. Por eso, el escaparate debe
resultar atractivo, artístico, llamativo y agradable.
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La efectividad de los escaparates aumenta cuando existe un
tráfico denso de peatones y la combinación de productos que se muestran en el
escaparate está compuesta principalmente por los llamados «productos de compra
lúdica».
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Reglas de oro del escaparate
No disminuir el
espacio dedicado a la venta dentro del establecimiento.
Estar siempre limpio
y luminoso.
Mostrarse
atractivo y sugerente.
Proponer una
selección de artículos estratégica para el negocio.
Parecer siempre
nuevo. Se recomienda variar la exposición cada 15 ó 20 días para mantener vivo
su poder de atracción.
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La disposición de los productos dentro del escaparate debe
ser armónica y comercial por lo que se aconseja escoger los modelos más
novedosos y atractivos. La luz es otro factor decisivo; se debe prestar
especial atención a una correcta iluminación que haga destacar los artículos
destinados a la venta de la decoración.
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Tipos de escaparates
Por su configuración se pueden distinguir los siguientes
tipos de escaparate:
Escaparate de
fondo abierto: deja ver el interior del punto de venta; como no existe fondo de
ninguna clase, da luz natural y vistosidad a la tienda. Todo el espacio
interior tiene un carácter de exposición activa y permanente. Son como una
continuación de la tienda. Por otra parte, la ausencia de fondo difumina la
luz, se pierde el contraste entre forma y fondo. Es la tendencia más moderna y
suele ser el tipo de escaparate más apreciado por el comercio detallista, que
no anda sobrado de espacio. Tiene la ventaja y el inconveniente de que propicia
la distracción del público, que puede contemplar lo que ocurre en el interior
del comercio (“la gente atrae a la gente”) y no fija la vista en la mercancía
expuesta porque el movimiento llama más la atención que los artículos estáticos
expuestos en el escaparate.
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Escaparate de fondo cerrado.
Escaparate de
fondo cerrado: está concebido como un espacio cerrado, en forma de caja
tridimensional. Tiene un fondo que enmarca lo que se quiere destacar y no
permite ver el interior de la tienda; con él se pueden crear ambientes más
sofisticados. La presencia del fondo aporta nitidez y claridad, permite una
ambientación apropiada, por el uso correcto de la luz y el color, proporciona
un efecto más estable y sensación de equilibrio. Los objetos expuestos resaltan
sobre el fondo y se capta más fácilmente la atención del receptor. Logra un
mayor impacto visual.
Escaparate semiabierto:
está cerrado en la mitad inferior, permite el paso de la luz natural por la
parte alta descubierta y corta la visibilidad interior por la parte baja
tapada. Parece que está de moda y han empezado a utilizarlo muchos
comerciantes, pues se instala fácilmente con estructuras móviles, que no
cierran completamente el espacio dedicado al escaparate.
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Por su situación, se distinguen:
Escaparate de
fachada: localizado en el frontal del comercio. Es la situación idónea. Está
visible para los viandantes día y noche.
Escaparate de
pasillo: se extiende por los laterales del pasillo de entrada al
establecimiento. Una técnica de merchandising consiste en diseñar un escaparate
lateral más largo que el otro empujando de este modo al cliente hacia el interior
del comercio.
Escaparate
interior: situado dentro del espacio comercial. Son espacios para las acciones
de animación dentro del establecimiento, como las vitrinas. Además, existen los
«muestrarios», escaparates ubicados en establecimientos no relacionados con el
producto, vestíbulos de los cines, estaciones de metro…
Por el material expuesto se pueden distinguir:
Escaparate de una juguetería en Ámsterdam (Países Bajos).
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Escaparate de
servicios. La exposición se basa en carteles o folletos promocionales
conteniendo los precios u ofertas de los principales servicios. Tal es el caso
de entidades financieras o de seguros, agencias de viajes, etc.
Escaparate de
precio. Destaca principalmente el precio de los productos comercializados.
Escaparate de
temporada. Clásico de establecimientos de moda, muestra el avance y las
tendencias del momento.
Escaparate de
prestigio. Muestra los productos de lujo que se pueden adquirir en el
establecimiento, muchas veces sin hacer mención a su precio. Son
característicos de boutiques, joyerías, relojerías, etc.
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Zonas del escaparate
Algunos estudios destacan que las zonas de un escaparate que
mayor atención del cliente acaparan son:
En vertical, la
zona central con casi un 50% de captación; la zona izquierda un poco más
atractiva que la derecha.
En horizontal, la
zona baja (el tercio más bajo del escaparate) con casi un 70% de atracción; la
zona más alta tiene escasa atracción y se suele reservar a carteles.
Los productos que se quieren destacar se colocan en las
zonas más atrayentes.
Éxito de un escaparate
El éxito de un escaparate se puede medir en función de:
La atracción que
provoca. Se mide relacionando el número de personas que se paran ante el
escaparate con el total de personas que pasan delante de él.
El acceso al
interior que promueve. Se mide calculando el total de personas que entran en el
establecimiento sobre el total que se han parado ante el escaparate.
La motivación a la
compra que despierta. Se mide comparando la cifra de ventas de los artículos
colocados en el escaparate con las ventas totales del establecimiento.
Otros índices
valoran también el tiempo que los clientes se demoran contemplando un
escaparate o las compras posiblemente realizadas por los clientes que han visto
el escaparate.
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Kandy Clara Nishimura Wong
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